lunes, 7 de septiembre de 2015

...Y llegó el herpes

Hace un mes y medio que le hicieron un transplante autólogo a mi lazo rosa, fué muy duro, algún día lo contaré, pero todo iba finalmente bien.

Ésta semana empezaron unos fuertes dolores de cabeza que nos llevaron a urgencias el sábado tras levantarse con un sarpullido.
Diagnóstico: herpes zoster.

Muy doloroso, se trata de un virus latente que llevamos dentro y que también es el causante de la varicela y que afecta los nervios periféricos y la piel. En su caso, además se le ha complicado pues le afecta el ojo y eso puede suponer pérdida de visión, además de ser más doloroso y molesto.

El tratamiento es muy completo pero no le llega para cubrir el gran dolor que tiene, sólo le para durmiendo así que ha sido un fin de semana terrible.

 Hoy lunes, está un pelín mejor, pero está muy agotado de tanto aguantar dolor y cansado de sufrir.

Y yo, desolada, todo el fin de semana viendo el sol por la ventana, viéndole quejarse del dolor con sus mil muecas y lágrimas, muchas lágrimas.

Me siento sola mientras le miro, yo que debo de ser la fuerte, no puedo más...y si yo me siento así, cómo puede sentirse él?
Es tan duro ver a alguien sufrir y comprobar que los mil remedios, que tus atenciones y cariño no sirven de nada...

Y entonces quiero gritar, enfadarme con mis amigas que no sé dónde están, disfrutando del día mientras yo lloro y se me crea un nudo en la garganta.
Pero me doy cuenta de que en estos momentos, ni la mejor amiga va a cubrir la enorme necesidad que yo tengo de abrazos, de caricias, de contar a gritos como me siento y culpar al mundo por todo nuestro sufrimiento.

No sé cómo se puedan sentir otras personas que estén en mi lugar.
Estarán más protegidas? tendrán más apoyo? contarán con la protección de su familia?

Es inútil darle mil vueltas, nadie está en mi lugar sino yo.
Cada caso es diferente y cada uno lo vive de distinta forma.

Yo me siento sola.


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